ADRENALINA LIGHT
Señoras y señores, empezó el espectáculo. Ayer los coches de F1 entraron de nuevo en nuestras casas. Qué bonito volver madrugar para poder ver las 58 vueltas que componen la carrera de Australia (Melbourne) desde el Circuito de Albert Park. Qué bonito volver a oír rugir los motores en la salida. Pero…¡¡ mi gozo en un pozo!!. Cuando empezaron a rodar… ¡coño! ¡¿Qué les han hecho a mis coches?! ¡No suenan igual!
Sabía que, como casi todo los años, 2014 no iba a ser menos y nos traería cambios considerables, pero, el ruido…
Pude disfrutar de una carrera llena de abandonos, quizás por ser la primera y los coches todavía no estaban al 100%, pero, a pesar del disfrute visual, creo que me costará acostumbrarme a ese ruido inexistente de motor híbrido, con sonido enlatado y que, si he de decir la verdad, no me revoluciona el cuerpo ni me pone los pelos de punta en absoluto. Creo que en la próxima carrera iré quitando el sonido de la televisión (aunque me tenga que perder por momentos los comentarios de Lobato) e iré intercalando grabaciones del sonido del motor de carreras de otros años.
Y antes me he referido al disfrute visual, pero he de introducir una salvedad… el morro que les han hecho a los pobres monoplazas. Les han hecho como una nariz que no sé si me recuerda más a la de un oso hormiguero o a las narices que hacía yo de pequeña a mis muñecos de plastilina, una nariz a modo berenjena-pegote. Feos no, lo siguiente. Y ya ni te digo el recorte del alerón delantero, que parecen gatos recién salidos de la peluquería y donde se han pasado recortándoles los bigotes.
Sé que todos estos cambios son más amigables con el medio ambiente, que con el recorte de los alerones se evitarán pinchazos en caso de colisión. Sí, sí, todo muy pastelón e idílico pero cambios que no acompañan mucho a la mejora del espectáculo.
En fin que el madrugón que me pegue ayer domingo, que a la 7 de la mañana ya estaba delante del televisor, no me valió la pena. Así que dentro de 15 días va ha madrugar su p.m. (y, como podéis imaginar, estas siglas no tienen nada que ver con “post meridiem”).
Este año estamos fastidiados (por no decir otra cosa), pues entre la F1 descafeinada y las carreras de motos codificadas, creo que en el sillón de mi casa no voy a obtener la dosis de adrenalina que necesito en domingo. Así que he decidido que a partir de ahora, los domingos por la mañana me iré a disfrutar en moto o con la bici a bajar montañas o a patinar a lo Freestyle, creo que me aportarán la adrenalina que los “motores televisivos” no me pueden dar ya.
Por lo qué este año, el casco… me lo pongo yo.