La felicidad eres tú

Después de unos maravillosos días junto a ti, en los que el tiempo pasó demasiado deprisa, he empezado a notar tu ausencia. La vorágine del propio tiempo no me ha permitido echarte de menos, pero hoy, mi primer día de relax, cuando el torrente de acontecimientos que llenan mi vida ha bajado su intensidad, tu ausencia se ha hecho palpable. La dureza de mi corazón en el día a día ha empezado a derretirse, y empieza a aparecer un corazón difuminado por el dolor de no saber en qué momento volveremos a estar juntos. Cuándo podré sentir de nuevo tus caricias, cuándo volveré a sentirme feliz, cuándo volveremos a reírnos con el inglés que a duras penas sale de mis labios o tus pronunciaciones imposibles de la letra Z del diccionario español.

Recuerdo cuando conversamos sobre un libro titulado “En busca de la felicidad”, un libro que ahora ocupa mi mesita de noche para leerlo mientras estás ausente, para refugiarme en él por si encuentro esa felicidad sin tu presencia. Sé que será imposible, porque simplemente esa felicidad la siento cuando estoy junto a ti. Y no hay letras, ni palabras suficientes que me la puedan devolver, solo tú puede hacerlo.

Hasta que vuelvas, me cobijaré en los recuerdos que llenan mi mente, mi espíritu y mi cuerpo. Recuerdos que no se borrarán jamás pase lo que pase.