Ya no puedo «Mas»
Sigo de cerca el tema de la independencia de Cataluña, pues aunque no vivo en esa provincia nací y viví mis años de adolescencia allí. Siempre he estado orgullosa de ser catalana, como vosotros estaréis orgullosos de ser de cualquier lugar de España. Pues bien, desde que el “querido” Sr. Artur Mas hizo su aparición en la vida política catalana y “con él llegó la locura”… independentista, a una servidora le da reparo decir que es catalana porque siempre he de añadir la coletilla “…pero no independentista”. Me toca mucho los cojones que por culpa del Sr. Mas yo tenga que gastar más saliva de la necesaria, aunque si solo fuera saliva lo que nos cuesta a los catalanes… Lo verdaderamente preocupante es que a los residentes en esa bella región, les está costando dinero, les está costando la dejadez en infraestructuras, a los catalanes nos está costando que en el resto de España los vean como “bichos raros” y que a menudo tengamos que entrar en debates que no a todos los catalanes nos interesan ni somos partidarios de ellos.
¡Ah! Y no quiero decir lo que va a costar al resto de España, pues el gobierno ha de empezar un camino legal que va a restar dedicación a otras cosas más necesarias actualmente y tampoco voy a entrar en lo que económicamente supondrá esto para las arcas del Estado…
Sr. Mas, ¿no tiene otra cosa mejor que hacer en Cataluña? ¿No sería más interesante que se preocupara de procurar trabajo y aumentar el estado de bienestar de sus conciudadanos? ¿No sería conveniente que juzgara y arrestara a los políticos ladrones que hay Cataluña? ¿O es que Ud. también formaría parte de esa “chusma”? ¿Qué intenta ocultar? ¿A qué tiene miedo?
Yo personalmente enviaría al Sr. Mas al “rincón de pensar” y cuando volviera a recuperar la cordura (si es que alguna vez la tuvo) quizás empezaría con él un proceso de adaptación al mundo real, donde estoy segura que los catalanes solo quieren vivir bien, trabajar, disfrutar y no tener que aguantar a políticos narcisistas que lo único que persiguen es un protagonismo sin escrúpulos, adquirido con el dinero de los catalanes y a costa de, si es necesario, arruinar esta región tan bella, rica y llena de buena gente a la que no me gustaría ver discutir por culpa de una demencia que algún día podría llegar a ser Hitleriana.
Por fin. Ya no podía más.